Reseña de Cuando ya no quede nada, de Insurrectos

Aún recuerdo la celebración de mi 17 cumpleaños allá por el 2008: unas amigas consiguieron sacarme de casa para ver un concierto en la sala Arena de Torrelavega. Ahí tocaban unos tal Insurrectos, que venían de Silió.

Un grupo de muchachos que se hicieron de rogar ese día: a última hora pintando una pancarta con su nombre, dando vueltas de arriba a abajo, probando varias veces, y entre medias, para no aburrir a los que nos habíamos acercado allá, jugaban cantando el ya mítico 'Por el vino perdí el pelo... y me llaman la despelona, ¡ay de mi...¡'

Ya han pasado varios años desde entonces, y todos hemos aprendido a madurar, y esta gente ha aprendido a hacerlo a la perfección.

En 2009 nos regalaron su 'A cayo duro', un disco de 13 canciones de punk-rock rápido y directo, que entraba bastante bien, autoproducido con un ordenador, un interfaz y mucha paciencia e ilusión, cosa que se notaba en el audio, que no les hacia para nada justicia.

Y ahora, tras decenas de conciertos a sus espaldas, y nuevas experiencias de las que aprender y valerse, nos traen su nuevo disco, 'Cuando ya no quede nada'.

Este disco fue grabado en La Mina Music Town entre marzo y abril de este mismo año, y mezclado y remasterizado en los estudios Burning los dos meses siguientes. Se compone de 10 temas, de los cuales ya se conocen la mayoría de los conciertos en directo, eventos en los cuales seguimos escuchando sus canciones antiguas, algunas tales como 'Que vienen', tema el cual todos hemos gritado con ellos, compartiendo su rabia y fuerza.

El disco inicia dando un paseo por 'El camino de las estrellas'. Puede parecer que comienza suave, pero ya en los primeros acordes se anuncia lo que son los nuevos Insurrectos.

¿Cuál es tu precio? (:

Sigue su 'Aún nos queda tiempo', que nos arenga total y absolutamente a luchar, a buscar las ganas de plantar cara a toda la mierda que nos rodea. 'Dime dónde descargarás tu rabia cuando se hayan adueñado de tu alma'. Un tema rápido, al compás de una batería potente.

Con 'Acordes de libertad' no puedo ser objetiva. Es, para mi, uno de los mejores temas. Un a intro a piano, una melodía increíble, que da paso a las guitarras rápidas y duras. Simplemente hay que escucharla, '...dejémonos llevar...'.

Con 'El abuso del progreso' notamos su madurez en la música. Los riffs rápidos seguidos al tiempo por la batería te mueven al compás. Y es que es lo que se echaba en falta en 'A cayo duro': más melodías así, como las que suenan también en el tema siguiente, 'La cuenta sigue abierta'.

Y es que hay que apostar por ser mejor: su caballo ganador. Está claro que estos amigos van a 'seguir ardiendo' y por mucho tiempo como sigan a este paso.

'GPS'. Políticos diciendo sus tonterías habituales abren la canción. Un tema rápido, con unos cambios de voz perfectamente combinados con un fondo bastante pegadizo. Si con este tema no estás ya moviéndote, apaga y vámonos.

'Efecto Iguazú' con un violín acompañando unos arpegios de guitarra. La elección de dar ese toque clásico, como ocurre con el piano otorga a estas canciones aún más sentimiento del que transmiten las letras y la música (quizás los que nos dedicamos a esto apreciamos un poco más que un oyente normal los solos, los pequeños riffs, los dobles bombos, etc.).

Con esta canción me quedo con esta idea que deberíamos tener en cuenta: 'Y ahora estáis unidos y ya os están oyendo, y ahora estáis unidos y os están cogiendo miedo'. 

Y es que si a estas alturas de la situación general de este país no estamos 'Condenados al odio', ¿a qué lo estamos?. Y es que, en mayor o menor medida, todos 'somos Insurrectos'.

'19Reinosa87'. Mi otra debilidad. Aquí hay una mezcla de sentimientos. Los cántabros tenemos una puta espina clavada con lo ocurrido en Reinosa ese año. Y los de Silió, como otros grupos que se han atrevido a poner voz a la tragedia, nos cuentan qué se vivió, cómo se vivió, y cómo 'Reinosa aguantó para luchar hasta la muerte'. 

Uno de los mejores temas de este cuarteto, tanto la letra como la música.

Y cierra 'Muñeco maniatado'. El disco entra rápido y bien a la primera, pero se hace corto, te deja con ganas de mucho más.

Han sabido combinar todo: las diferentes voces y estilos (las colaboraciones raperas y las femeninas) encajan dándoles uno de sus elementos distintivos. El piano, el violín y wishel completan unas guitarras claras, rápidas, duras, con mucha fuerza y contundencia, un bajo (el eterno olvidado) muy elaborado, y una batería que no se limita a la caja y el bombo, una batería compleja que anima a que mientras escuches el disco no dejes de mover los pies al ritmo.

Ya en 'A cayo duro' escuchamos unas letras elaboradísimas, centradas en la lucha, en la desigualdad, pero en definitiva, en la puta realidad. Y 'Cuando ya no quede nada' recoge todos los tópicos que vemos, que sentimos, que vivimos y con los que te disparan ideas para crearte una conciencia con la que puedas pasar a formar parte de los insurrectos, de los que pelean por la justicia, la igualdad y la desobediencia.

Su punk-rock ha evolucionado a una música más dura, tocando el hardcore, pero... en nuestro caso al menos, preferimos no catalogarlos. ¿Por qué poner etiquetas a algo que ha conseguido tener su propia personalidad?

Se suele tener la manía de comparar a que suenan los grupos, locales o nacionales, pero, ¿a qué suenan esta gente?: a Insurrectos.

Mucha gente ha pasado y ya no están ahí, otros muchos estarán por venir, y todos han servido a la perfección para aportar su granito de arena. Porque todos, sobre todo, con nuestra presencia y nuestro apoyo a grupos regionales, como es el caso de Insurrectos, hemos logrados que hayan echando un par de cojones y hayan persistido hasta superarse.

Porque no nos podemos conformar con lo que tenemos, porque tenemos que buscar siempre el ser mejor de lo que somos ahora. Porque con ganas y esfuerzo, todas las piedras que se nos ponen en el camino, desaparecerán, se allanará el camino y podremos avanzar de una puta vez a lo que nos merecemos de verdad.

Contacto:

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