viernes, 26 de julio de 2013

Reseña de XIII, de los lucenses Barbarian Prophecies



Trece años. Trece aniversarios. Trece (XIII) es el regalo que nos traen Barbarian Prophecies a modo de conmemoración. ¿Te apetece disfrutar de una hora de rabia, furia y crudeza? Dale a ''Leer más'' y no te pierdas detalle de la joya que ha llegado a nuestras manos.

Tal y como la promotora nos hace llegar, el disco fue ''registrado en los Sadman Estudios de Madrid por Carlos Santos (Hamlet, Vita Imana, Toundra...) y masterizado por Mika Jussila (Amorphis, Children of Bodom, Wintersun…) en los míticos estudios Finnvox de Helsinki, al igual que su anterior su anterior álbum (Remember the Fallen, 2011) con el que ya habían conseguido atraer la atención de medios y fans alrededor del globo, llegando a actuar en tierras alemanas'', contando con colaboraciones de lujo que ayudan a que XIII sea uno de los discos del género del año.

Tras barajar varias opciones, la banda se decantó por el sello WormHoleDeath, especialistas en tratar con bandas extremas y oscuras. Con él pondrán en movimiento una edición especial de XIII, que se tratará de un digipack con libreto de 16 páginas, que seguramente podréis adquirir muy pronto. ¿Podréis aguantar?

Y nosotros vamos a daros envidia, presentándoos nuestra visión del disco, al que pudimos tener acceso y el cual nos dejó boquiabiertos.



El disco comienza con ''The Hidden'', con varios compases donde el piano, quien en un ambiente tétrico que anuncia el mundo en que nos vamos a adentrar en los próximos minutos, es el protagonista. Las cuerdas que van aumentando su presencia con el paso de los segundos terminan al minuto: el paso a unas guitarras pesadas, una batería firme, y un grito que pone la piel de gallina nos mete de lleno en XIII. Un cambio de ritmo, aceleración, potencia y contundencia hacen que este primer tema del disco sea el aperitivo perfecto. Llama la atención el magistral uso de las cuerdas: ahora mezclan el ritmo con un riff agudo, siguen con ritmos pesados, es el turno de tríadas imparables.
A mitad del tema llega uno de esos cambios de ritmo, un bajo grave y una batería que van recuperando fuerzas para que al ritmo de una voz grave, gutural y directa de Kike llegue al punto álgido de la primera canción. Y prepárate porque nos quedan doce temas más.

''Anger'' y el ritmo perfecto de la percusión y el sonido metálico de todos los platos preparan el terreno a las notas pegadizas de las seis cuerdas: es increíble como un riff en la teoría tan sencillo puede evocar tanto y darle personalidad, si es que la voz no se la confiere ya, a nuestros amigos gallegos. Posiblemente te ocurra como a nosotros en las primeras escuchas y no entiendas la letra, pero si prestas atención, tan sólo con el carácter de la voz y coros de Kike y Óscar, verás que esta gente va duro y a la encía. Prepárate para desear más de el solo que nos regalan antes del minuto cuatro, y me vas a dar la razón en lo siguiente: la media de 4 minutos que duran los track no se hacen nada pesados. 

¿Buscas más metal? Atiende a ''Towards Nowhere'' que ha empezado sin que te des cuenta. O quizás el recurrente grito inicial ya te lo recuerde. Con este estilo de música yo tengo un problema, dime que no soy la única: no puedo parar de llevar el ritmo con la cabeza o con las piernas. Ya suene el bajo, la guitarra o la batería, sea lento o frenético, te empuja, te lleva.
Así que si para el cuarto tema sigues quieto, tirado o tirada en la cama, mirando el techo y dejando pasar los minutos, te recomiendo que pruebes otro estilo (o que te lo hagas mirar). El air guitar es obligado aquí, una escala a la que nuestros oídos no están acostumbrados, y unos armónicos acertados. ¿Quieres más?

''Into the infinite void'', desenfrenado y, a oídos neófitos, algo caótico, llega de manera directa. Las subidas y bajadas en la música son de las mejores que he escuchado en los últimos tiempos. Y qué decir del ritmo que se marca Julio, un directo debe resultar agotador, se nota que ponen toda la carne en el asador. Sin darte un respiro ''Twilight of mandkind'' sigue en la línea general que se han planteado los miembros. ¿A vosotros también se os pegan las melodías? Bien jugado, chicos. ¡Pero no es buena idea estar en el trabajo aguantándose las ganas de ruido!



Y casi en el ecuador de XIII irrumpe ''Embrace of insanity''. Las guitarras se complementan a la perfección, y en ningún momento dejan ningún vacío (salvo los intencionados, y en los que se suplen con un buen bajo o percusión). Personalmente considero el sólo de este tema como el mejor, es sin lugar a dudas mi favorito. Muy limpio, tocando el progressive que tanto me gusta, velocidad y buen gusto. El rock no a muerto, y sigue siendo el padre de los cada vez más complejos estilos musicales que nos inundan cada día.
¿La sorpresa que trae ''Embrace of insanity''? Atento.
Aquí aparecen dos personajes especiales, que para los amantes del género y aquellos que tengan buena memoria les sorprenderán gratamente: Óscar Insua “Jumpin”, fundador de Absorved, y David Muñoz (DMX Project, Chamán). Estos dos protagonizarán este duelo de guitarras que supone el tema.

Para una que se interesa en la batería, ese instrumento imposible (para una pobre guitarrista que suele perder el ritmo), la intro de ''Dreadful game'' la deja sin palabras. Estoy deseando que lo escuchéis, porque poco se puede decir de ello. Muchas veces los músicos ponemos onomatopeyas de la música que hacemos y escuchamos, y con ellas resumo este temazo: ¡tututupá!

Ya estamos en mitad del disco, y te habrás quedado con los coros, ¿no? Más agudos que la voz principal, pero que dan profundidad y más fuerza si cabe.

El octavo tema es ''Nameles shadows''. Esfuérzate por escuchar el bajo, que siempre suelen quedarse en un segundo plano. Manuel consigue que en XIII las seis cuerdas o las baquetas no le quiten el merecido protagonismo y repercusión que tiene, acoplándose al frenetismo que nos regalan los gallegos. Seguro que el repiqueteo de sus graves cuatro cuerdas no se te pasa por alto. ''Punishment of oblivion'' a ritmo de caja de batería, el hilo conductor de todo el tema. Los riffs, repetidos, y emulados en graves y en agudo, cambian sin avisar para matar cuerda. Profesionalidad y originalidad, de manos de Óscar y Arnt, quienes nos enseñan que las guitarras tienen más sonoridad de la que vemos habitualmente. No todo es tocar limpio, o bajar la cuerda a D, o marcarse un sólo de 6 minutos: si sabes escuchar a la guitarra y atas con seguridad todo lo que te ofrece, obtendrás esto: metal en estado puro.


 

''Defeated'' anuncia ese final que no quiero que llegue. ¿No os recuerda la voz de Óscar a la llamada de un guerrero en batalla, respaldado por las cuerdas? Dadme un hacha y seguro que ''defeated'' no es el estado en el que terminaríamos.

Trago de una cerveza negra bien fría, subida del volumen de los altavoces, y el ánimo por las nubes. ''Nine days of storm'' comienza con un arpegio de las cuerdas. Primero uno, luego se suma otro que van conformando la melodía, el bajo marcando el acento. Pero el cielo oscuro trae la tormenta, los truenos de la batería ya anticipan el ciclón que comienza a arreciar. Nada más y nada menos que ocho minutos donde lo que he intentado reflejar anteriormente se concentran para dejarnos uno de los mejores temas de XIII. Y es que el 13 no trae siempre mala suerte: rompiendo con las supersticiones populares, estoy segura que este número, este aniversario, va a traer a Barbarian Prophecies más de una alegría.

''Engulfed'': ¿pero qué manera de comenzar un tema es ese? ¿Pero qué manera de darle voz a la letra es esa? La carta de presentación de estos cinco locos: ¿quieres thrash, quieres death, quieres black, quieres progressive? ¿Quieres una buena dosis de metal? Pues, de nuevo con Óscar Insúa, la tendremos.
Os recordamos que él es el fundador de Absorbed, quien, al mando, esta vez, de las voces y las seis cuerdas, nos hace volver la vista atrás. Y es que ''Engulfed'' fue compuesta para dicho grupo de culto, por lo que, ¿qué mejor manera de hacer un tributo a aquellos? Los años, aunque no lo parezcan, pasan, y, como el buen vino, siempre te entran ganas de tomarte otra copa cargada de un buen death metal.

''XIII'' captó mi atención al momento: el sonido de una guitarra clásica es hipnótico, para mi especial. Y tras doce temas de eléctricas, de batería que no descansa ni un minuto, y de un bajo que te marca el ritmo a seguir, es encantador, evocador. La sonoridad romántica que has escogido para cerrar su obra maestra no puede pasaros desapercibida. Con un sonido menos agresivo han sido capaces de igualmente, con las notas arpegiadas, de volver a sernos directos y crudos. Y es que, señores y señoras, tras la tormenta llega la calma, esa calma que poco a poco va volviéndose silencio.


Y no por mucho describir o repetir voy a aclarar qué me parece la interpretación y la sonoridad. A veces es mejor dejar que la música suene y que cada uno de vosotros sintáis una cosa diferente, destaquéis un instrumento diferente, o una parte específica del tema. Porque eso es lo que todo músico debería buscar, la variedad de opiniones y de reminiscencias, la capacidad de que, cada vez que apretemos el play y decidamos olvidarnos de nuestro mundo, creemos otro paralelo, con sus propias historias y personajes.

En conclusión, si eres un exigente, un melómano que quiere escuchar música de calidad, descubrir nuevos proyectos, y disfrutar de letras elaboradas, éste es tu grupo.

Destaco, por encima de todo, el gran uso de los cambios de ritmo, la sorpresa que provocan, ya sean rápidos a lentos o viceversa, porque te vas a quedar pidiendo más, buscando ser un amo del air guitar and drums,  incita a que te involucres con ellos directamente.  
La voz, esa voz, profunda, gutural, junto a unos coros idénticos complementarios, dan el carácter especial de los lucenses. Trabajada, con el cayo ya hecho (como solemos decir por aquí), permitiendo controlar la fuerza, el volumen, la rabia que debe desencadenar en cada nota, serán la delicia de los más cercanos al género.

No me gusta comparar grupos, creo que todos dan su toque personal al punk, hardcore, death o thrash, pero debo reconocer las reminiscencias a Amon Amarth que los lucenses Barbarian Prophecies tienen. La voz principal se asemeja, y me les imagino cabalgando hacia el Valhalla. ¿A ti te recuerdan a alguien?

En vivo debe ser un espectáculo poder verles disfrutar de sus ganas y maestría, de su más que trabajada técnica, pero sobre todo, por encima de eso, comprobar como todo el público se mueve a la vez, cuernos arriba, siguiendo a nuestros compañeros Barbarian Prophecies.

Considero que cada disco tiene su propio trabajo, su esfuerzo, pero sobre todo, su personalidad, ajeno al de sus predecesores, por lo que no me gustaría tener que compararlo con los anteriores trabajos de estudio del grupo. 

Pero aprovechando que todos podemos acceder gracias al bandcamp de los mismos a su ''Remember the fallen'', considero que la fuerza que nos transmitían con dicho LP nos sigue llegando, incluso aún más. La voz en XIII es más elaborada, más amenazadora (espero entendáis el sentido de la calificación), y más vigorosa. Contar con unos coros que respalden el pesado trabajo vocal de manera tan adecuada me hacen preferir el sentido que le han dado al nuevo proyecto. Incluso puedo decir que musicalmente se han arriesgado más, y que... han apostado por el caballo ganador. Posiblemente me equivoque, y seguramente tu podrás ayudarme a comprender más dichos trabajos, ¿qué opinas, qué has sentido? Comparte con nosotros, con la promotora, y con estos gallegos, tu punto de vista, y seguramente, todos aprendamos y podamos mejorar, cada uno, en nuestra labor.



Y con esto quiero concluir mi visión de los Barbarian Prophecies del álbum XIII, no sin antes anunciaros que, si queréis conocer algo más del grupo, de sus 13 años de actividad, y saber que hay detrás de cada nota, echéis un vistazo a la entrevista que hace unos días ya publicamos.

Gracias a los propios Barbarian Prophecies y a Lost Penguin Conspiracy, por la oportunidad, el tiempo, y por su trabajo y esfuerzo diario.

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